El calendario de Adviento, una tradición navideña llena de anticipación, tiene raíces en prácticas cristianas del siglo XIX en Alemania. La palabra «Adviento» proviene del latín adventus, que significa «llegada», y se refiere a las cuatro semanas previas a la Navidad, un periodo de preparación espiritual para celebrar el nacimiento de Jesús.
Las primeras manifestaciones del calendario surgieron en hogares luteranos alemanes, donde las familias marcaban los días con pequeños rituales. Algunos encendían velas o dibujaban líneas de tiza en las puertas, borrando una por día hasta la Navidad. A principios del siglo XX, esta costumbre evolucionó hacia formatos más elaborados, con tarjetas o tableros que incluían pequeñas puertas o ventanas.
En 1908, Gerhard Lang, un editor alemán, creó el primer calendario de Adviento comercial impreso, inspirado en los que su madre hacía en su infancia. Su diseño incluía ilustraciones navideñas detrás de pequeñas ventanas, un concepto que pronto ganó popularidad en toda Europa.
Con el tiempo, los calendarios de Adviento han adoptado muchas formas: desde versiones con dulces y chocolates hasta aquellas que contienen mensajes, juguetes o incluso cosméticos. Hoy, esta tradición no solo celebra la Navidad, sino también la alegría de la cuenta regresiva y el espíritu de compartir.