Aunque la tendencia de los últimos años, por parte de los fabricantes, ha sido la de unificar las conexiones de los diferentes dispositivos tecnológicos que pudiéramos tener tanto en el ámbito laboral como en el personal, la realidad es otra. Y es que, actualmente, mínimo uno de los aparatos que utilizamos con frecuencia va a tener diferente conexión que otro que también utilizamos mucho.
Es por esta razón que se utilizan cables conversores, ya que te ayudan a sacarle mayor partido a tus dispositivos habilitando que puedan conectarse a cualquier otro aparato que necesites.
Dentro de los cables conversores, encontramos dos tipos principales:
- Cables largos, de 1,8m; 2 m; 3 m o 5m, que se utilizan principalmente para conectar ordenadores portátiles a monitores más grandes, televisiones, etc.
- Unidades cortas, normalmente actúan como una extensión para ordenadores portátiles. Pueden tener una sola conexión (de USB o USB-C a HDMI, a Displayport…) o varias (de USB o USB-C a VGA/HDMI/DVI…) y puedes elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.
La gran ventaja de los cables conversores es que garantizan la transferencia de datos a gran velocidad sin tener que realizar ninguna acción adicional a la conexión.